La adolescencia es la etapa del desarrollo en la que se presentan
cambios físicos, cognitivos, emocionales y sociales; estos cambios originan en
el adolescente una serie de conflictos relacionados con la identidad, las
relaciones interpersonales y el aprendizaje. Los adolescentes enfrentan
problemas de aprendizaje debido a que no se sienten identificados con sus
maestros. Desde el punto de vista educativo, el proceso de aprendizaje en el
adolescente puede mejorar cuando existen lazos afectivos entre el maestro y el
alumno, al crear estos lazos se fortalecen las necesidades afectivas
permitiendo que el alumno mejore su rendimiento académico. El propósito del
presente escrito es analizar la importancia de crear vínculos afectivos con los
adolescentes para mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje. En este escrito
se abordará la importancia de crear vínculos, de estimular e involucrar a los
alumnos en el aprendizaje.
Crear vínculos es importante para que el adolescente se interese en su
aprendizaje. Al crear un vínculo entre adolescente–maestro se necesita empatía y
participación activa por parte de ambos. “Las relaciones positivas suponen
habilidades de empatía, cooperación y compromiso por el bienestar de los demás.
En el caso de los adolescentes, estas relaciones favorecen el desarrollo de
fortalezas personales, proporcionan apoyo emocional e instrumental ante
situaciones estresantes y contribuyen a la competencia social” (Lacunza, A.
& Contini, E. 2016). Cuando el adolescente siente que el maestro está
interesado por su desarrollo emocional y
busca su bienestar, comienza a sentirse identificado y se involucra
activamente en su aprendizaje. Las relaciones positivas permiten al maestro y
al alumno trabajar en conjunto, disminuir la tensión emocional y las barreras
que intervienen en el aprendizaje, además de que exista un grado de conexión entre
ambos. La comunicación constante y asertiva es vital para la construcción de un
vínculo, ya que esta permitirá que la información se transmita y decodifique de
manera correcta. El adolescente al sentirse escuchado e identificado con su
maestro comienza modificar actitudes y escucha lo que el maestro le transmite.
Es importante mencionar que durante la adolescencia comienza la búsqueda de la
identidad, por lo tanto el maestro es un elemento clave en la vida del
adolescente ya que puede guiarlo a encontrar un equilibrio emocional y a
definir su identidad.
Cabe mencionar que es importante estimular a los alumnos. La motivación
es un factor esencial al trabajar con adolescentes ya que permite que se sientan
importantes y eleven su autoestima. El maestro debe crear un ambiente de
motivación en el cual el alumno se sienta incluido y pueda ser el mismo, esto
no significa que el maestro permitirá al alumno hacer lo que quiera y no tener
límites. El ambiente de motivación debe ser creado para estimular al alumno a desarrollarse
de manera óptima. El maestro puede motivar al alumno o desmotivarlo a través de
sus palabras. Oestreicher (2005)
menciona que “Nuestras palabras pueden resultar poderosas para reafirmar
a los adolescentes”. El maestro debe cuidar lo que le dice al alumno, ya que si
este hace uso de expresiones negativas afecta la autoestima del mismo. Es común
que en los alumnos exista falta de interés por aprender, esto provoca falta de
atención y problemas de conducta o
participación; por ese motivo es importante reconocer las fortalezas de los
alumnos y motivarlos a participar en su
aprendizaje.
Finalmente, es importante involucrar a los alumnos en el aprendizaje. “La
participación es una manera directa de incidir en la realidad y de contribuir al
cambio social en lo cotidiano y en cada grupo de referencia” (Artagaveytia, L.
& Bonetti, J. 2006). La escuela es el contexto adecuado para que el alumno
participe de manera activa en su aprendizaje, el maestro debe gestionar y
estimular al alumno a ser parte el este proceso. Anteriormente, el maestro se
dedicaba a transmitir conocimientos de manera sistemática y el alumno se
dedicaba a escuchar. Actualmente, existen diferentes modelos educativos que
involucran al alumno a participar en el proceso de enseñanza aprendizaje; el
docente debe hacer uso de diferentes herramientas y dinámicas que impulsen al
alumno a idealizar metas que beneficien su desarrollo personal. El aprendizaje
debe ser cooperativo, es decir que el alumno aprende del maestro y el maestro
del alumno. Dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje el maestro debe hacer uso de la creatividad
para captar la atención de los alumnos, al mismo tiempo, debe permitir que haga
uso de sus talentos y virtudes, estas permitirán que el alumno exprese sus
emociones a través de diferentes medios.
Cuando el docente logra establecer lazos afectivos con el adolescente se
genera la identificación entre ambos, esto
beneficia la dinámica de enseñanza-aprendizaje. Si el adolescente siente
empatía por parte del maestro se involucra de manera activa escuchando,
participando y respondiendo a lo que el maestro le solicita. Es importante
mencionar que el adolescente debe sentir aceptación por su maestro y éste
permitirle desarrollarse libremente en el contexto educativo sin olvidar que
existen reglas y límites.
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