Me agrado
mucho el libro del principito porque la historia muestra como los adultos muchas veces no comprenden a los
niños, piensan que no razonan ni entienden lo que sucede a su alrededor.
También se menciona que los niños piensan que los adultos no son capaces de
comprenderlos, por que sienten que no toman en cuenta sus opiniones y no
muestran ningún interés en lo que los pequeños hacen. Para los niños las
personas mayores son incapaces de comprender algo por si solas, por lo tanto
resulta aburrido para los pequeños tener que explicarlo una y otra vez.
Muchas veces como adultos nos desesperamos
porque según nosotros los pequeños no entienden nada sobre la vida y queremos que razonen como adultos
olvidando que ello razonan y actúa de acuerdo a su edad y que en ocasiones son
un poco más maduros que nosotros.
Cuando
los niños tienen entre 3 y 5 años tienden a
formular muchas preguntas, por ejemplo, ¿Por qué pasa esto?, ¿Para que sirve tal o cual cosa?.
Un niño exige respuestas
y cuando un adulto no responde a sus
preguntas no deja de insistir acerca de lo que quiere saber porque él lo
considera importante. Ya que en el
entorno infantil todo lo que van descubriendo, sintiendo y aprendiendo es
trascendental y lo impactara de acuerdo a la importancia para toda su vida.
En el
principito Antoine De Saint-Exupéry expresa la simplicidad con que los niños
resuelven sus conflictos en su mundo infantil; así como les afecta profundamente
el desamor, la indiferencia, y la falta
de interés hacia ellos.
Todo esto
puede dejar una huella profunda en su desarrollo emocional que los afectara en el proceso de
enseñanza-aprendizaje a lo largo de su infancia. Y que si no es detectado a
tiempo y bien canalizado los afectara en su vida.
Cabe
mencionar que el objetivo de la educación en niños es enseñarlos, integrarlos y
darles la seguridad para desarrollar aptitudes, destrezas y conocimientos y
poder desempeñar actividades a lo
largo de su vida.
En
ocasiones los adultos son los causantes de que los niños abandonen sus sueños
y crean que son incapaces de desempeñar
ciertas actividades; ellos al no sentir motivación o respaldo desarrollar un
sentimiento de frustración profundo. El ejemplo claro es el autor de la obra
que hasta que tiene contacto con el principito le comenta todo lo que le causo
frustración cuando era niño. Ya que él
quería ser pintor y como los adultos a los que les mostro sus dibujos sobre la
boa abierta y la boa cerrada no interpretaron ni comprendieron lo que plasmo en
estos, siente que no tiene la habilidad suficiente para ser pintor, por ese
motivo abandona su sueño. También se da cuenta que para entablar una
conversación con una persona adulta se deben buscar temas de interés para los
mayores y así logra su atención.
Lo que un
niño busca de un adulto es afecto, amor, cariño, protección, seguridad, interés
y comprensión en lo que realiza y piensa. Si el
siente que están cubiertos estos aspectos desarrollara sus aptitudes y
capacidades, su afectividad y seguridad emocional.
Como
educadores tenemos el compromiso de interesarnos por descubrir las
habilidades y destrezas de nuestros alumnos, así como sus necesidades
afectivas y de conocimiento. Motivándolos a continuar realizando sus metas, sus
anhelos y sueños.
El
educador influirá de manera positiva o negativa en el educando ya que después
de los padres es con la persona que más tiempo convive; de ahí que es de vital
importancia la preparación y compromiso que adquiere uno cuando elige dedicarse
a la educación de manera profesional.
Debemos
comprender que los niños no perciben las cosas de la misma manera que una
persona adulta pero esto no significa que no entiendan a lo que se refiere.
Cada niño tiene su visión personal de acuerdo a las vivencias y experiencias
adquiridas.
Así que
nuestra obligación y compromiso es coadyuvar en el logro y la realización de
metas.
No
debemos prejuzgar a los niños: ya que en un momento de nuestra vidas fuimos
niños y se nos ha olvidado la fantástica experiencia de descubrir el mundo que
nos rodea día con día.
“Todas las
personas mayores fueron al principio niños. (Aunque pocas de ellas lo
recuerdan.)”.
El Principito.
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